Hace un tiempo escuché que un artista es una mezcla de artesano y chamán.
La parte de artesano le permite crear objetos finamente elaborados.
Y la parte chamánica le permite dotar a esos objetos de características mágicas. Ese nosequé, que no se puede explicar y que va más allá de la utilidad práctica.
Y aquí entra el Montgó (en el centro de la imagen de arriba).
Cualquiera que conozca el Montgó (en la Marina Alta) sabe que es mucho más que un montón de piedras, plantas y bichos. Tiene algo especial. Algo mágico. Incluso sagrado.
Con el paso del tiempo le he ido dedicando algunas ilustraciones y las he juntado en una colección que iré ampliando. Puedes descubrirla en el enlace de abajo.