Maravilloso, ¿verdad? Pues lejos de ser un acto de amor a la mujer fallecida de un Marahà no es sino un eslabón más en la continua ultra-jerarquización de la sociedad y la pseudoesclavización del hombre bajo el yugo del Poder. ¿Compensa? Quizás sí. Qué piedras más bien puestas. Increíble!