Tejo Común Teix
Taxus baccata
El tejo común (también conocido como tejo negro) es un árbol originario de Europa occidental, central y meridional. Se trata de una conífera que puede crecer hasta 10-20 m (excepcionalmente, 28 m).
Tiene un tronco marrón grueso que puede llegar a los 4 m de diámetro. Su crecimiento es lento y con una longevidad de hasta 5000 años. Las hojas son de un tono verde oscuro y se agrupan en espiral sobre la rama. Toda la planta es venenosa excepto el arilo que recubre el “fruto” (al tratarse de una gimnosperma, la planta carece de frutos propiamente dichos). Las raíces pueden estar colonizadas por hongos microscópicos que forman la simbiosis, facilitando la nutrición de la planta, especialmente la captación de fosfato.
Descripción
Es una planta dioica, muy rara vez monoica, con flores solitarias en ambos sexos. Se han descrito algunos casos esporádicos de cambio de sexo parcial o total con la edad. Florece a finales de invierno o inicio de primavera . Los conos están modificados, cada uno contiene una única semilla de 4–7 milímetros de longitud, parcialmente rodeada por una escama carnosa, blanda y roja que le da forma similar a la una de baya, llamada arilo. El arilo tiene 8-15 mm de longitud y está abierto en su extremo. Los arilos maduran entre finales de verano y mediados de otoño del mismo año y son consumidos, junto con la semilla, por los zorzales y otras aves, que las dispersan en sus excrementos. Las semillas son venenosas y amargas, pese a lo cual son ingeridas por algunas especies de aves, como el picogordo, el verderón común y el carbonero común. La semilla no germina hasta el segundo o tercer año.
Hábitat y Distribución
El tejo habita en Europa, oeste de Asia y norte de África. Es una especie indiferente al sustrato que crece en barrancos, laderas o roquedos de bosques mixtos y alcanza los 2000 m de altitud. Los numerosos topónimos repartidos por toda la geografía ibérica dan muestra de la dispersión y relativa abundancia que tenía antiguamente esta especie. Hoy día su área de distribución está notablemente mermada y apenas quedan ejemplares sueltos o pequeños rodales aislados en las zonas más protegidas e inaccesibles de nuestras montañas, siendo los lugares donde aparecen áreas de gran calidad ambiental, razón suficiente para que se protejan estos enclaves.
En España suele encontrarse como árbol aislado, en mezcla con otras especies, formando a veces pequeños rodales; el mayor número de ejemplares se halla en los sistemas montañosos septentrionales, como el bosque de tejos de la sierra del Sueve en Asturias, la Braña de los Tejos en Peñarrubia (Cantabria) o el Bosque del Tejedelo (provincia de Zamora).
El tejo está protegido en todo el territorio por las legislaciones andorrana, española y portuguesa. Además, en España aparece en los catálogos de flora amenazada o protegida de numerosas comunidades autónomas.
Usos
La madera de tejo es rojiza al corte y de gran calidad por su densidad y resistencia a la podredumbre, por lo que carpinteros y ebanistas la valoran mucho para tallar pequeñas piezas y mangos de herramientas. Pero sobre todo era apreciada en la Antigüedad por su dureza y flexibilidad para la confección de arcos y flechas, al punto de que los arqueros ingleses, que tenían fama de ser los mejores en su oficio, diezmaron las poblaciones de tejos en las Islas Británicas.