Alcachofa Carxofera
Cynara scolymus
La alcachofa es una planta herbácea del género Cynara. Ha sido cultivada desde la antigüedad como alimento en climas templados. La parte comestible de la planta consiste en los botones florales antes de que florezcan.
El capullo de Cynara scolymus en ciernes es un grupo de muchas flores tubulares pequeñas en ciernes (una inflorescencia) sobre una base comestible. Una vez que los capullos florecen, la estructura cambia a una forma tosca, apenas comestible. Otra variedad de la misma especie es el cardo, una planta perenne originaria de la región mediterránea.
Existen tanto formas silvestres como variedades cultivadas (cultivares). La planta es conocida con diferentes nombres, entre ellos alcachofera, morrillera, morrilla, alcachofa, alcacil o alcaucil, entre otros numerosos nombres vernáculos.
La alcachofa alcanza de 1,4 a 2 metros de altura. Vuelve a brotar de la cepa todos los años, pasado el invierno, si el frío no la heló. Echa un rosetón de hojas enteras hasta profundamente segmentadas aunque menos divididas que las del cardo y con pocas o ninguna espina. Cuando la planta entallece, echa un vástago más o menos alto, rollizo, pero también costilludo y asurcado con cada vez hojas más escasas y menos divididas a medida que estén más altas en dicho tallo.
Historia
Según algunos estudios su origen se encuentra en Egipto y desde allí se expandió por todo el Mediterráneo. Al parecer, ya era conocida por griegos y romanos, que le otorgaban poderes afrodisíacos. Su nombre, según la leyenda, procede de una bellísima muchacha llamada así y seducida por Zeus, que después la transformó en alcachofa.
Durante la Edad Media no se conocía y se piensa que en esta época, del cultivo sucesivo de los cardos, los horticultores poco a poco lograron la consecución de la alcachofa mediante diversas transformaciones.
Consumida en la Italia del siglo XV, la tradición dice que fue introducida en Francia por Catalina de Médicis, a la que le gustaba comer corazones de alcachofa. Esta florentina, al casarse con el rey Enrique II, las llevó desde su Italia natal a Francia. Por su parte, Luis XIV era otro gran consumidor de alcachofas.
Fueron los colonos españoles y franceses los que la introdujeron en el continente americano. En España esta introducción la llevaron a cabo los árabes y se duda entre la posibilidad de que nos enseñaran su cultivo o que aplicaran las técnicas aprendidas en origen para transformar los cardos que siempre poblaron nuestra geografía. Quizás esta posibilidad sea la más creíble porque incluso, en la actualidad, en Extremadura y en Andalucía, se consume la base de las flores de cardo borriquero, cuando todavía están tiernas, en una preparación llamada “Cazoletas” o “Cabezuelas”, un sabroso guiso con carne de cordero.
Francia, España e Italia aglutinan casi el 80% de la producción y consumo mundial de alcachofa.
Clima
Las alcachofas necesitan un ambiente frío para desarrollarse, pero no soportan el frío intenso, ni tampoco el excesivo calor. Además, exigen abundante agua y riegos, pero no toleran un exceso de humedad ambiental. Por esto, las zonas templadas del Mediterráneo son las más indicadas para obtener una elevada producción.
Cultivo
La forma más habitual de cultivo es por estacas o esquejes. La alcachofa necesita una humedad regular, pero no soporta el exceso de agua o el encharcamiento de las raíces. Necesita suelos sanos, aireados en profundidad y muy ricos en materia orgánica y en humus. Hay que evitar los muy pesados y húmedos y los muy ligeros o secos.
Usos medicinales
La alcachofa se ha usado tradicionalmente para el tratamiento de molestias digestivas (dispepsia, flatulencias, náuseas, dolor de estómago y vómitos) así como para la anemia, diabetes, fiebre, gota, reumatismo y piedras en vías urinarias.
Muchas empresas de cosmética incluyen extracto de la alcachofa en sus cremas, geles y lociones para potenciar de forma natural la luminosidad de la piel y el cabello.
Curiosidades
La alcachofa pertenece a la familia de los cardos, mientras que su fruto es en realidad una flor comestible y desarrollada en el interior del bulbo, también llamado corazón, que es la parte más tierna y sabrosa del vegetal Cynara.
La alcachofa no es una fruta ni una verdura sino una inflorescencia (un grupo de flores).
El nombre científico Cynara proviene de la mitología griega. Tras vivir juntos en el Monte Olimpo Zeus convirtió a Cynara en una alcachofa cuando esta decidió abandonarlo y de ahí su sabor dulce y amargo.