Sandía Meló d´Alger
Citrullus lanatus
La sandía es una planta de la familia Cucurbitaceae. Es originaria de África con una gran presencia y difusión en todo el mundo. Se cultiva de manera extendida por todo el mundo debido a su fruto, quizás el más deseado por niños y adultos y muy asociado al verano.
Es una planta herbácea de ciclo anual, trepadora o rastrera, de textura áspera, con tallos provistos de zarcillos. Las flores son amarillas, grandes y unisexuales.
El fruto de la planta es grande (normalmente más de cuatro kilos), carnoso y jugoso (más del 90% es agua), casi esférico, de textura lisa y sin porosidades, de color verde en dos o más tonos. La pulpa es de color rojo y de carne de sabor generalmente dulce (más raramente amarilla y amarga).
Las numerosas semillas pueden llegar a medir 1 cm de longitud, son de color negro, marrón o blanco y ricas en vitamina E, se han utilizado en medicina popular y también se consumen tostadas como alimento.
Historia
Las sandías se cultivaban originalmente por su alto contenido en agua y se almacenaban para consumirlas durante las estaciones secas, no sólo como fuente de alimento, sino como método de almacenamiento de agua. En la región del Mar Muerto se encontraron semillas de sandía en antiguos asentamientos.
En un yacimiento arqueológico prehistórico situado en el suroeste de Libia, se descubrieron muchas semillas de sandía silvestre (C. lanatus) de cinco mil años de antigüedad. Este descubrimiento puede apoyar la posibilidad de que la planta estuviera más ampliamente distribuida en el pasado.
La sandía en la cultura popular
En tierras de Valencia era una práctica común dejar la sandía en las balsas de riego durante unas horas para refrescarla, se colgaba de una cuerda para poder tirar de ella una vez se quería consumir.
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