En general se podría decir que la moda me importa muy, muy poco pero eso era antes de enamorarme de estas zapatillas, las únicas que voy a llevar a partir de ahora y hasta que me muera (a los 134 años y mientras trabajo en el campo).
Con estas zapatillas estoy cada vez más cerca de vestir siempre igual (a lo Steve Jobs pero sin parecer que venga de un funeral). Las zapatillas en cuestión son unas Kaizen, Mars Peanut de Satorisan (estas). Lo bueno de esta marca es que aunque son relativamente caras son indestructibles y eso es algo que cada vez valoro más.