Lo que evidencia el 2020 y 2021 es el enorme peligro que supone la centralización: política, económica, informativa, filosófica… El antídoto no puede ser otra cosa que la descentralización. Quitarle poder al poder multiplicando los núcleos de poder.
No se trata de crear nuevos paradigmas que sustituyan los existentes sino en multiplicar las opciones. No se trata de impulsar la figura de nuevos gurús sino de multiplicar su diversidad. No se trata de crear un nuevo sistema económico sino de crear muchos.