No debería decirlo, pero no suelo dibujar nunca atardeceres, noches y, en general, momentos lumínicos que no sean un día normal, claro y corriente.
Si alguien tiene alguno de mis libros verá que no hay prácticamente ninguno.
¿Porqué? No puedo decirlo, lo siento.
La imagen de arriba es una rara excepción, un anochecer en el barrio turístico de Thamel, Kathmandu.

TALÓN DE AQUILES
Reeditado el 16 noviembre, 2020