Planta caduca y anual – De 30 a 50 cm de altura (como trepadora se alza a mayor altura) – Originaria de Perú, Colombia y Bolivia.
La capuchina crece como trepadora o rastrera y en las zonas de costa en España se ha asilvestrado. Los jesuitas introdujeron la planta a Europa en el siglo XVI, dando constancia de su utilización culinaria, tanto de sus hojas como de sus flores.
Usos culinarios y medicinales
De la capuchina se aprovecha la mayoría de la planta: flores, hojas y semillas. Sus flores son comestibles así como sus hojas cuyo sabor es ligeramente picante. Pueden usarse picadas finamente para las las ensaladas.
La planta es especialmente rica en vitaminas, y minerales y un remedio empleado para limpiar la sangre, ya que apoya al cuerpo en su desintoxicación. También estimula el apetito y la digestión, favorece la circulación y aporta bienestar. A la planta se le atribuye una suave estimulación. Vitamina C, antibiótica, depurativa, expectorante, en loción o cataplasma fortalece el cabello y previene la caída.
Contraindicaciones:
Insuficiencia cardíaca o renal, hipotiroidismo, gastritis, irritación estomacal o úlcera gastroduodenal, hipertensión o embarazo.
Asociación de cultivos
La capuchina se caracteriza por participar en el equilibrio ecológico y en la lucha contra los parásitos, es una planta antiplagas. Se utiliza para atraer a los pulgones y a la mosca blanca para que no ataquen a otras plantas. Son ideales para plantar junto a la capuchina: Tomate, pepino y lechuga.