Desde que nacemos la publicidad, el cine, la televisión… nos martillean con las mismas ideas: La vida de verdad, la buena, la suprema, es tener un móvil de 1.000€, un coche de 40.000€, una espectacular casa de 500.000€, etc… Solo así se consigue disfrutar al máximo del placer de vivir.
Ese martilleo constante nos lleva a trabajar (o robar) todo lo que podamos para conseguirlo. Sería de idiotas no querer conseguir lo máximo. Eso es la neo-esclavitud. Y lo que la hace diferente a la de toda la vida es que nadie nos obliga a aceptarla, todo lo contrario.
Una de las herramientas de la neo-esclavitud para arrojarnos a aceptar trabajos precarios es hacernos sentir socialmente fracasados cuando no conseguimos esos Hitos del Éxito anunciados en televisión “Si no tienes tu móvil es porque no te estás esforzando lo suficiente”
No hay posibilidad de Revelión porque es peor el fracaso social que el trabajo precario. Para aliviar las cosas el sistema tiene toda una variedad de sucedáneos Low Cost. De esta manera el esclavo puede rozar con los dedos las mieles del éxito (y seguir siendo esclavo).
Por supuesto los “préstamos” son la gran trampa para condenarnos de manera efectiva a la esclavitud. Préstamos que aceptamos porque “sería de tontos no disfrutar HOY de algo que puedes tener YA”. El compromiso es TRABAJAR hasta que lo devuelvas TODO.
Resumiendo: La neo-esclavitud es forzarnos a comprar de manera continua cosas inútiles para que aceptemos trabajos de mierda. La alternativa es la marginalidad social.
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Cómo destruir la sociedad occidental desde la vía del no-hacer
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